08 de junio de 2018
Los Hechos de los Apóstoles (Ellen G. White)
Capítulo 33
Trabajos y dificultades
Trabajos y dificultades
Es el propósito de Dios que tales obreros estén libres de ansiedades innecesarias, y que puedan tener plena oportunidad para obedecer la orden de Pablo a Timoteo: “Medita estas cosas: ocúpate en ellas.” 1 Timoteo 4:15. Si bien deberían cuidar de hacer suficiente ejercicio para mantener con vigor su mente y su cuerpo, no es el plan de Dios que sean obligados a dedicar una gran parte de su tiempo al trabajo secular.
Estos fieles obreros, aunque dispuestos a gastar y ser gastados por el Evangelio, no están exentos de tentación. Cuando están impedidos y cargados por ansiedades porque la iglesia no les da el debido sostén financiero, algunos son acosados fieramente por el tentador. Cuando ven que se aprecian tan poco sus labores, se deprimen. Es verdad que esperan recibir su justa recompensa en el tiempo del juicio y esto los sostiene; pero entretanto sus familias deben recibir alimento y ropa. Si se pudieran sentir relevados de su divina comisión, trabajarían voluntariamente con sus manos. Pero comprenden que su tiempo pertenece a Dios, no obstante la miopía de aquellos que deberían proveerles suficientes fondos. Se sobreponen a la tentación de entregarse a ocupaciones por las cuales pronto se verían libres de necesidades; y continúan trabajando para el progreso de la causa que les es más cara que la misma vida. Para hacer esto, pueden, con todo, verse obligados a seguir el ejemplo de Pablo, y dedicarse por un tiempo a la labor manual mientras continúan realizando su obra ministerial. Hacen esto, no para fomentar sus propios intereses, sino los intereses de la causa de Dios en la tierra.
Hay ocasiones cuando le parece imposible al siervo de Dios hacer la obra que necesita hacerse, por causa de la falta de medios para realizar un trabajo vigoroso y sólido. Algunos temen que con las facilidades puestas a su disposición no pueden hacer todo lo que sienten que es su deber hacer. Pero si avanzan por fe, se revelará la salvación de Dios, y la prosperidad acompañará sus esfuerzos. El que ha ordenado a sus siervos ir por todas partes del mundo, sostendrá a todo obrero que en obediencia a su mandato procure proclamar su mensaje.
En la edificación de su obra, el Señor no aclara todas las cosas a sus siervos. Algunas veces prueba la confianza de su pueblo, haciéndolo pasar por circunstancias que lo obliguen a avanzar por fe. A menudo guía a sus hijos por lugares estrechos y difíciles, y les ordena avanzar cuando parece que sus pies penetran en las aguas del Jordán. En tales ocasiones, cuando las oraciones de sus siervos ascienden a él con ardiente fe, Dios abre el camino ante ellos y los lleva a lugares amplios.
Cuando los mensajeros de Dios reconozcan sus responsabilidades para con las porciones necesitadas de la viña del Señor, y con el espíritu del obrero Maestro trabajen incansablemente por la conversión de las almas, los ángeles de Dios prepararán el camino ante ellos, y serán provistos los medios necesarios para llevar adelante la obra. Los que sean iluminados darán liberalmente para el sostén del trabajo hecho en su favor. Responderán liberalmente a todo pedido de ayuda, y el Espíritu de Dios moverá sus corazones para que sostengan la causa del Señor no solamente en los campos locales, sino en las regiones lejanas. Así las fuerzas que trabajan en otros lugares serán corroboradas, y la obra del Señor avanzará de la manera por él señalada.
Comentarios
Publicar un comentario