10 de marzo de 2019
Los Hechos de los Apóstoles (Ellen G. White)
Capítulo 16
El evangelio en Antioquía
El evangelio en Antioquía
Después que los discípulos fueron expulsados de Jerusalén por la persecución, el mensaje evangélico se difundió rápidamente por las comarcas limítrofes de Palestina, y en importantes poblaciones se constituyeron pequeñas compañías de creyentes. Algunos de los discípulos “fueron hasta Fenicia, y Chipre, y Antioquía, predicando la palabra.” (V.M.) Sus labores se limitaban por lo general a los judíos hebreos y griegos, de los cuales había entonces grandes colonias en casi todas las ciudades del mundo.
Entre los lugares mencionados donde el Evangelio fué recibido con regocijo, está Antioquía, entonces capital de Siria. El extenso comercio de aquel populoso centro atraía mucha gente de diversas nacionalidades. Al mismo tiempo, Antioquía era favorablemente conocida como punto de reunión para los amantes de la comodidad y el placer, por causa de su situación saludable, de hermosos alrededores, y de la riqueza, la cultura y el refinamiento que allí se hallaban. En los días de los apóstoles, había llegado a ser una ciudad de lujo y vicio.
El Evangelio fué públicamente enseñado en Antioquía por ciertos discípulos de Chipre y Cirene, quienes entraron “anunciando el evangelio del Señor Jesús.” “Y la mano del Señor era con ellos;” su fervorosa labor producía fruto, pues “creyendo, gran número se convirtió al Señor.”
“Y llegó la fama de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalem; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.” Al llegar a su nuevo campo de labor, Bernabé vió la obra hecha allí por la gracia divina, y “regocijóse; y exhortó a todos a que permaneciesen en el propósito del corazón en el Señor.”
La obra de Bernabé en Antioquía fué copiosamente bendecida y aumentó allí muchísimo el número de fieles. Al prosperar la obra, sintió Bernabé la necesidad de ayuda conveniente a fin de avanzar por las puertas abiertas por la providencia de Dios; y así se fué a Tarso en busca de Pablo quien, después de salir de Jerusalén algún tiempo antes, había estado trabajando en las comarcas de “Siria y de Cilicia,” anunciando “la fe que en otro tiempo destruía.” Gálatas 1:21, 23. Bernabé encontró a Pablo y le persuadió a que volviese con él como su compañero en el ministerio.
Comentarios
Publicar un comentario